Cultura corporativa: ¿qué es y para qué sirve?
En cada empresa existen reglas y normas, que están fijadas en sus documentos corporativos. Y existen también aquéllas que no se fijan en ningún lado, pero que se arraigaron tácitamente y son respetadas por todos. Tanto unas como otras son partes componentes de la cultura corporativa. Solo que los documentos corporativos tienen título y pueden leerse verbalmente, mientras que las reglas tácitas suelen quedarse en el nivel: así es como lo hacemos / así no es como lo hacemos. Las reglas tácitas son más complicadas de "leer", sin embargo, necesariamente corresponden a los valores prescritos en los documentos corporativos y no los contradicen.
¿Para qué necesitan esto las empresas? Brevemente: para generar un ambiente sano, una atmósfera productiva de trabajo, donde cada participante se sienta cómodo. No es casualidad que la base de cualquier cultura corporativa sean los valores comúnmente aceptados. Recordemos los básicos: la vida humana (y respectivamente el desarrollo personal), la naturaleza (protección del medio ambiente, consecuentemente), la libertad y el derecho. La función principal de la cultura corporativa es defender estos valores y afianzarlos en todos los niveles.
En teoría, existen tan solo cuatro tipos de culturas corporativas. Pero cada vez surgen más tipos de organizaciones creadas por las personas, y los tipos de culturas fluyen entre sí, dejando de existir en su forma pura. Aquí comienza lo más interesante. La mezcla de culturas corporativas es el camino a crear la empresa soñada. Por ejemplo, para la mayoría de las empresas modernas que hace tiempo están en el mercado, es típica la cultura de mercado, mientras que para las empresas emergentes lo es la adhocracia.
Veamos sus pros y contras. Lo bueno de una cultura de mercado es que hace que los empleados estén muy motivados, ya que las empresas han desarrollado muchas herramientas para mantenerlos motivados. Lo malo es que la competencia es alta, siempre existe el riesgo de que un liderazgo fuerte derive en una jerarquía compleja, por lo que las mejores iniciativas que no son planteadas por los líderes, pueden pasar desapercibidas.
Para el tipo de cultura de la adhocracia son características la iniciativa, la libertad, la responsabilidad, la apertura y la dedicación a una causa común entre todos los participantes, ya que se va formando cuando las empresas están ingresando al mercado con su producto innovador. Este tipo de cultura es buena en casi todo: el líder en las empresas emergentes está cerca de sus subordinados, la competencia entre los empleados no es alta, las mejores iniciativas son implementadas. Es bueno en todo, menos en algo: tarde o temprano se termina. Cuando la situación, gracias a la cual surgió el proyecto está solucionada, el proyecto o desaparece junto con toda su hermosa cultura, o adquiere todos los rasgos de la cultura de mercado.
Mantener solo los pros de los dos tipos de culturas corporativas: no es una tarea fácil. Sin embargo, hay empresas que logran hacer las cosas de forma tal que se sientan bien todos: empleados, socios, inversores. SOLARGROUP es una de esas empresas. Una empresa de futuro, donde se tienen en cuenta los intereses de todos los integrantes del equipo. ¡Confiamos en que el ejemplo de nuestra cultura corporativa sea capaz de inspirar a muchos!