Los principios para el éxito de la inversión a largo plazo por J.P. Morgan
SegÚn la opiniÓn de los analistas de inversiones del holding financiero J.P. Morgan, en el ámbito de la inversiÓn, la clave del éxito no radica en los intentos de predecir el futuro, sino en la capacidad de analizar el pasado y comprender el presente.
En la divisiÓn británica de la empresa se mencionaron los 7 principios de inversiÓn a largo plazo para una exitosa gestiÓn de la cartera. Compartimos estas ideas con ustedes.
1. Planee una vida prolongada. Gracias a los logros de la medicina y una forma de vida más saludable, las personas en el mundo viven más tiempo. La estadística indica que uno de cada pareja de 65 años tiene un 50% de probabilidades de vivir otros 25 años. ¿Quiere vivir estos años solo con su jubilaciÓn? Si no es así, entonces piense en invertir.
2. El dinero en efectivo ya no es una panacea contra la pobreza. Muchas personas interpreta el dinero en efectivo como un colchÓn de seguridad para tiempos de inestabilidad y, a veces incluso, como una fuente de ingresos. Pero la era de las muy bajas tasas de interés redujo casi a cero los rendimientos del efectivo, y en consecuencia, aumentÓ su vulnerabilidad. ¡Además, la inflaciÓn destruye su poder adquisitivo! Los ahorradores reacios al riesgo que han optado por esconder su dinero debajo del colchÓn, con el tiempo notarán, que el valor real de sus ahorros ha caído.
3. El interés compuesto obra milagros. Los intereses compuestos son llamados "la octava maravilla del mundo": su poder es tan grande, que hasta algunos años "extra" de ahorro pueden aportar una gran suma adicional a su jubilaciÓn. Si usted comienza a ahorrar a los 25 años, invirtiendo anualmente 5000 libras esterlinas con una rentabilidad del 5%, usted recibirá casi 300 mil libras esterlinas más al cumplir 65 años, que si hubiera empezado a ahorrar a los 35 años e incluso aportaras 50.000 libras esterlinas adicionales.
Si durante todo ese tiempo usted reinvierte las rentas de sus inversiones, esto potenciará a futuro el aumento del valor de su cartera. La diferencia entre invertir y no reinvertir, a largo plazo, puede ser enorme.
4. Rentabilidad y riesgo van de la mano. De acuerdo a los informes contables de la empresa, desde comienzos del 2000 en adelante los activos más rentables del mercado fueron aquéllos cuyos precios eran volátiles. Si a usted le interesa una alta tasa de rentabilidad, debe estar dispuesto a soportar las significativas fluctuaciones de precios.
También es cierto lo contrario: los activos con un bajo nivel de riesgo, a largo plazo, generan menor rendimiento. Si usted no quiere arriesgar, no espere grandes expectativas en relaciÓn a una posible ganancia.
5. La volatilidad (fluctuaciones de precio), es normal. Mantenga la calma, cuando todos a su alrededor la pierden. Cada año en el mercado de valores existen retrocesos y caídas, que se expresan en cifras de dos dígitos. Los inversores deben esperarlos y no vale la pena entrar en emociones, cuando parece que todo anda mal. La lecciÓn es que frecuentemente el retroceso en el mercado representa una oportunidad y no una razÓn para vender.
6. La paciencia es una virtud. Vender una vez que el mercado experimentÓ una sensible caída, es una estrategia equivocada. Pero la gente con frecuencia sucumbe al pánico generalizado y vende luego que las acciones se desplomaron, perdiendo la oportunidad de sacar rédito ante su posterior recuperaciÓn.
¡Lo mejor es para quien sabe esperar! A pesar de que en los mercados hay días, semanas, meses y hasta años malos, la historia demuestra, que es menos probable que los inversores sufran pérdidas en períodos de largo plazo.
7. Diversifique. El período que se iniciÓ en el año 2008 se puede denominar como un verdadero "rodeo" para los inversores de tan inestable que ha sido: desastres naturales, conflictos geopolíticos y una gran crisis financiera marcaron una desestabilizaciÓn del mercado financiero mundial. Sin embargo, la estadística J.P. Morgan mostrÓ que los activos con peor evoluciÓn durante este período han sido el dinero en efectivo y las materias primas. Al mismo tiempo, una cartera diversificada con acciones, bonos y algunas otras clases de activos durante este período han alcanzado una rentabilidad de cerca del 8% anual.