¿Qué nos hace más fuertes?

¿Qué nos hace más fuertes?

Friedrich Nietzsche dijo: lo que no me mata, me hace más fuerte. Esta cita es la favorita de muchas personas. Porque suena romántica sa cada de contexto y no del todo bien interpretada. Nietzsche se refería única y exclusivamente al Superhombre: un escalón evolutivo inventado por él, que supuestamente seguirá al escalón del "hombre razonable". El autor de la cita no otorgó superpoderes a ninguna persona común y nunca afirmó que las constantes pruebas difíciles son capaces de hacer más fuertes a cualquiera de nosotros.
La ciencia moderna así lo confirma. Y cualquier tendencia actual, basada en datos científicos (por ejemplo, la positividad corporal) desmentirá fácilmente la tesis de que "la lucha fortalece la fuerza". La lucha permanente y la tensión de recursos vinculada a ella, no fortalece a la persona, sino que la agota.

¿Y si no es la lucha, qué es lo que fortalece? Veamos un poco las estadísticas. La popularización de las lecciones de educación financiera tuvo sus resultados y, para el 2021, 15 millones de rusos ingresaron al mercado de valores. 15 millones de recién llegados que no sufrieron ni una sola crisis. ¿Qué hacen actualmente algunos de ellos? Se van. Abandonan. Entran en pánico, se sienten decepcionados. De los expertos escuchan: vete. Vende los activos, el mercado de valores no es para ti. Es para quien saben esperar. Para quien saca conclusiones, encuentra sus errores, redefine su objetivo y reestructura su estrategia. Una persona así sobrevivirá la crisis: y ya no tendrá a qué temer. Como lo demuestra la historia, cualquier crisis tiene la propiedad de terminar, y la economía no colapsa y los negocios siguen desarrollándose. Paradójicamente existen períodos, cuando la mejor estrategia es no hacer nada. Los períodos de acción activa y los períodos de inactividad deben alternarse, estando atentos a la situación actual, y saber esperar, sobre todo cuando se participa en varios proyectos de inversión.

Por ejemplo, para los inversores de SOLARGROUP, el período de relativa calma, por el contrario, termina, comienza un período de acciones activas, asociado a la creciente demanda del proyecto, y es recomendable no perderlo. Porque la empresa está constantemente desarrollando e implementando nuevas herramientas que permiten -en las circunstancias actuales-, no ralentizar el ritmo de implementación del proyecto, y a los inversores, tanto a los nuevos como a quienes están hace ya tiempo en el proyecto, mantener y aumentar los beneficios.

Cada uno de nosotros tiene recursos internos y externos. La mayoría de las personas se enfocan en lo externo: sus activos, su trabajo, negocios, estatus y otros. Por ejemplo, una persona hizo su primera inversión y se sumergió en un estado de estrés: siente miedo de haber cometido un error, de ser engañado y está exactamente esperando eso. Y ante las primeras dificultades se entrega y entra en pánico, sus recursos internos se agotaron por el estrés. Es posible que no supiera que los recursos externos dependen directamente de sus recursos internos. Y percibe la crisis no como una etapa que puede enseñarle algo y elevarlo a un nuevo nivel, sino como un colapso, como la confirmación de sus temores.

No es casual que justamente ahora hayamos comenzado a hablar sobre cómo reaccionar ante las críticas, sobre cómo adquirir hábitos comerciales útiles y mantener la capacidad de trabajo. Esto es lo que permitirá a cada uno reforzar sus recursos internos y dará fuerzas para luchar por los recursos externos. La estrategia de la "inacción", de la que hablan los expertos, no equivale a estar tirado en un sillón mirando el techo. Siempre implica una inacción activa: de lo que puedas hacer por ti mismo (para fortalecer tus propios recursos internos), mientras estés "inactivo", depende si lograrás adquirir y fortalecer los recursos externos, cuando recuperes la fuerza para actuar.

Entonces, la respuesta a la pregunta "qué nos hace más fuertes" será algo así: nosotros mismos y la diversificación nos hacen más fuertes. La diversificación es una estrategia orientada a un resultado a largo plazo, en la que el inversor aprende a reasignar sus recursos internos y a esperar. O sea, ser activo e inactivo en beneficio propio.