¿Cómo ganar un millón? ¡Pregúntele a un mendigo!
Permanentemente decimos que la inversiÓn sistemática, inclusive de pequeñas cantidades de dinero, es el camino seguro hacia la riqueza. La historia del mendigo sueco confirma este hecho de la mejor forma.
Curt Degerman fue un escolar aplicado y un joven prometedor. Pero las circunstancias de la vida lo llevaron al fondo de la escala social, obligándolo a vivir en un basural y recoger latas de cerveza. Se alimentaba de comida chatarra, se vestía con ropas que alguien tiraba, pero nunca bebiÓ. Degerman regularmente visitaba la biblioteca, donde leía los informes de la bolsa de valores, y todo el dinero que ganaba vendiendo las latas vacías lo invertía en acciones de empresas suecas.
Nadie sabía de sus éxitos como inversor, hasta que "Curt Lata de Hojalata" -como lo llamaban otros mendigos de la pequeña ciudad sueca de SkellefteÌ-, no falleciÓ. Al escuchar sobre la existencia de un testamento, sus familiares quedaron perplejos: en los 30 años de vida en el basural, el sueco ganÓ 1,4 millones de dÓlares, de los cuales 1,1 millones de dÓlares estaban depositados en valores en un banco suizo y 300 mil dÓlares en lingotes de oro en una caja de seguridad de un banco.
Todos sus ahorros el mendigo-millonario los legÓ a su primo, quien lo visitaba ocasionalmente. Pero otros parientes, quienes nunca se preocuparon por Curt en vida, consiguieron demandar parte de la herencia, dejándole al primo apenas el 20% del total.
Sin duda, esta historia no tiene una moraleja Única, pero ahora no vamos a tocar el tema de las relaciones familiares. Simplemente recuerde sus objetivos financieros y tome el ejemplo de Curt Degerman: una persona que siendo un mendigo se convirtiÓ en millonario.