De pensionista a millonaria: cómo ganar € 3 millones en la bolsa a los 75 años
Ingeborga Mootz se hizo millonaria a los 75 años, al comenzar a cotizar en la bolsa. Para tomar decisiones la mujer extraía informaciÓn de los diarios, hacía anotaciones en cuadernos. Cerraba los tratos por teléfono, ya que su relaciÓn con el ordenador no era buena. El primer ordenador portátil apareciÓ en la vida de la millonaria hace poco tiempo, cuando cumpliÓ 90 años, y se retirÓ de la actividad.
Mootz naciÓ en el lejano año 1922 en la pequeña ciudad alemana de Giessen. Desde su infancia la niña conociÓ lo que es la necesidad: la familia tenía muchos hijos y vivía muy modestamente. Habiéndose casado a los 17 años, Ingeborga comenzÓ a administrar la casa de manera independiente. Como el marido no era nada generoso, la joven esposa se vio obligada a ahorrar dinero y pedirle dinero a su marido para los gastos semanales, soñando en secreto ganar dinero por si misma. Ya en aquel entonces, la muchacha demostrÓ interés por las inversiones. Como el jefe de familia estaba en contra de que su esposa trabajara, considerándola demasiado tonta, la ama de casa cumpliÓ su sueño de apostar en la bolsa recién cuando cumpliÓ 48 años.
A esta edad, Ingeborga finalmente decidiÓ hacer un curso de formaciÓn y se convirtiÓ en especialista en asesoría financiera. Pronto ella comenzÓ a ganar más que su marido: un agente de una empresa comercial, pero por una enfermedad ella se vio obligada a dejar el trabajo. El prÓximo intento de cotizar en la bolsa de valores Mootz lo hizo tras la muerte de su marido, cuando ella cumpliÓ 75 años. En aquel entonces la anciana señora se enfrentÓ a dificultades materiales: una pequeña pensiÓn no era suficiente para una vida normal, y por ello una vez más se puso a pensar en posibilidades adicionales para ganar dinero.
Un golpe de suerte se convirtiÓ en un incentivo para cumplir su viejo sueño: Ingeborga de casualidad encontrÓ acciones que había adquirido su esposo de la empresa VEBA - una corporaciÓn energética alemana. En el año 2000 VEBA adquiriÓ a su competencia, el grupo industrial VIAG y se convirtiÓ en la empresa líder en la industria energética alemana.
Estas mil acciones fueron un regalo del destino y el capital inicial, con el que Mootz ingresÓ a la bolsa de valores. Luego, en 1997, la mujer se prometiÓ a sí misma convertir mil en un millÓn. Luego de vender con éxito los valores de su marido, ella comprÓ los activos de dos bancos. A pesar de la crisis mundial de fines de los años 90, logrÓ vender las acciones de manera rentable con una ganancia del 130%. Durante los siguientes ocho años, prácticamente todos los negocios de Ingeborg fueron exitosos y la fortuna de la pensionista alemana superÓ los 3 millones −. Mootz comenzÓ a ser llamada como "la anciana del millÓn de dÓlares".
Ingeborga ganaba dinero no solamente para sí: al tomar el control de las finanzas de su sobrina, pudo convertirlos en 100 mil −, que fueron destinados a pagar la casa de su feliz pariente.
Además de las transacciones en la bolsa de valores, Ingeborga dictÓ conferencias, hacía trabajos de consultoría por teléfono por 23 − e incluso escribiÓ el libro "Stock Market Detective" sobre su aficiÓn. Actualmente Mootz tiene más de 90 años y se retirÓ de los negocios. Los dividendos ganados le brindan la fascinante posibilidad de pagar cualquier tipo de cuentas, comprar nuevos modelos de ropa y viajar.