Hetty Green, la "bruja de Wall Street" y reina de las inversiones del siglo XIX
Ella fue una de las pocas mujeres, que se hicieron famosas gracias a su extraordinario éxito en el mercado financiero de América. En el siglo XIX, cuando las representantes del género femenino se dedicaban a las tareas del hogar y aÚn no tenían derecho a voto, Hetty Green ya invertía y cotizaba con éxito en la bolsa de valores. Por su peculiar habilidad para multiplicar el capital y por su eterno vestido negro Henrietta fue apodada como "la bruja de Wall Street".
La mujer más rica de su tiempo en EEUU, nacida como Hetty Robinson, luego de la muerte de su padre recibiÓ una herencia de USD7,5 millones. Su agudo sentido para los negocios y sus decisiones financieras con visiÓn de futuro permitieron a Green a aumentar su fortuna hasta los USD100-200 millones hacia el final de su vida. De acuerdo a los estándares de hoy en día, ¡esta cantidad ronda entre los USD 2,5 mil millones y los USD 4,8 mil millones!
Hetty naciÓ en el año 1834 en la familia de un ballenero. Los padres educaron a su hija en la sencillez y en la economía de acuerdo a las enseñanzas religiosas de los cuáqueros, a las que se atenía la familia. A los seis años, la niña conociÓ el mundo del gran dinero, comenzando a leer en voz alta artículos sobre finanzas a su padre y a su abuelo. A sus 13 años Hetty ya llevaba la contabilidad de su padre y, más tarde, comenzÓ a interesarse por las inversiones en empresas prometedoras.
Al casarse, Henrietta firmÓ un contrato nupcial con su marido, de acuerdo al cual se instruía a cada cÓnyuge a administrar de forma independiente sus finanzas personales. Como Edward Green era adepto a despilfarrar el dinero, Hetty regularmente se veía en la necesidad de salvarlo de las deudas. Como resultado, ella con sus dos niños abandonÓ a su marido y se concentrÓ en las inversiones. Entre las cosas en que invirtiÓ con éxito la "bruja neoyorquina", se encontraban fábricas, iglesias, minas de cobre y de oro.
A pesar de su fabulosa riqueza, Green fue incluida en el libro Guinness de los récords como la más tacaña del mundo: siempre usaba un vestido viejo y gastado, compraba los productos más baratos y regateaba sin piedad con los vendedores. Ahorra hasta el las cosas más insignificantes: una vez Hetty fue a ver a un médico, pero se negÓ al tratamiento porque el médico le presentÓ una factura por USD150.
También es conocido el caso, cuando Hetty le exigiÓ a la lavandera bajar cinco centavos la cuenta por el lavado. La lavandera se negÓ a hacerlo y Green le propuso una salida econÓmica: lavar solamente el dobladillo del vestido, que es el que más se ensucia.
Esta extraña mujer tenía otro lado que pocos conocían. SegÚn sus hijos, Hetty regularmente ayudaba a los más pobres y destinaba grandes sumas de dinero a la caridad.
Y usted ¿qué opina? ¿Considera justificada esta codicia de Hetty, o no vale la pena negarse a los placeres?